sochimefPor Andrea del Pilar Gómez
Reinaldo Muñoz Sepúlveda, es médico familiar y socio honorario de la Sociedad Chilena de Medicina Familiar. Fue Presidente de SOCHIMEF en el período 2004-2005. Por años ha formado parte del Directorio de nuestra Sociedad, porque además fue Vicepresidente en los años 2006-2007 y Director en seis períodos: 1996-1997; 2002-2003; 2008-2009; 2012-2013; 2014-2015 y, 2006-2017.
“Comencé como médico familiar el año 1991 en la Universidad de Chile, en la docencia. Conocí los orígenes de la Sociedad de Medicina Familiar y me hice socio en 1994. Desde el primer Congreso de Medicina Familiar Chilena estoy participando activamente ya sea como docente o invitado. Era un trabajo súper artesanal en una primera etapa y después ya más profesional”, cuenta el Médico Cirujano de la Universidad de Chile.
De su rol en el Directorio SOCHIMEF, destaca la relevancia de las instancias organizadas. “El año 2003 hubo un encuentro internacional donde la directiva postuló a Chile para realizar la II Cumbre Iberoamericana de Medicina Familiar [i] y se aceptó que fuese en Santiago. En 2004 fui elegido presidente de la Sociedad de Medicina Familiar y entonces trabajamos en el comité organizador de la Cumbre y del Congreso Chileno de Medicina Familiar. Tuvimos una invitada excepcional, Bárbara Starfield, ícono mundial de la Medicina Familiar y de la Atención Primaria. Ella vino a Chile en 2005, fue un encuentro multitudinario, respaldado por el gobierno de Chile. El evento reunió a 18 países latinoamericanos, además de España y Portugal. Fue una experiencia enriquecedora porque se diseñaron estrategias en Medicina Familiar para Latinoamérica en ese minuto”.
“Lamentablemente en Chile coincidió con lo que en su minuto se desarrolló como AUGE, luego GES, y que desvirtuó unos de los principios de la Medicina Familiar que es el enfoque centrado en la persona, dando paso a lo que se llamó el enfoque centrado en la enfermedad, lo que en los últimos 15 años ha dirigido buena parte de los sistemas de salud. A mi parecer, esto ha hecho un muy pobre aporte a lo que significa la Medicina Familiar. Todo el trabajo que se venía haciendo- (con el apoyo del gobierno, de médicos y Medicina Familiar) como estrategia, se agotó rápidamente y se pasó a otro plano, generando cierto estancamiento en el desarrollo de la especialidad. Tal vez, la llegada de esta pandemia pueda ser un incentivo súper potente para retomar el enfoque en las personas, el enfoque preventivo, el enfoque comunitario. Miro con esperanza que lo que se trabajó y quedó en el camino, hoy podría tener mayor sentido”, reflexiona el Dr Muñoz.
Entonces, ¿cómo podemos incorporar este enfoque de la Medicina Familiar en el diseño de política pública? “Si hubiere un sistema universal de salud, podría haber un gran desarrollo de Medicina Familiar, de lo contrario es muy poco lo que se puede hacer, porque en la actualidad se rompe el paradigma de cómo tener a las personas más sanas, intervenir precozmente. En un sistema mixto como el chileno, donde hay un sistema público con carencias, un sistema privado que no es para todos los chilenos y con dificultades, no tiene mucho qué hacer la Medicina Familiar chilena en este minuto. Si no hay un cambio sustantivo es muy difícil su desarrollo. Así lo veo y lo he visto en los 30 años que me he dedicado a esto”.
En el área gremial, integra desde sus inicios el Comité de Medicina Familiar de la Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas, CONACEM, y desde el año 2016 es su presidente. Al respecto agrega, “fuimos tres las primeras personas reconocidas como médicos familiares, a partir de lo cual se validó la especialidad, junto al doctor Joaquín Montero y la doctora Eleana Oyarzún. Tuvieron que pasar casi 12 años de tramitación, hasta que fue incorporada y reconocida como tal en el año 2001”.
El aporte del doctor Muñoz a la Medicina Familiar se extiende hacia ampliar el foco en dos ámbitos diferentes. Uno de ellos, dirigiendo entre los años 2005-2008, la instalación de un modelo cerrado de atención privada de salud que estableció el concepto de médicos de cabecera. Luego de tal experiencia, trabajó durante cuatro años en el desarrollo de un modelo que instauraba cambios estructurales en el funcionamiento de la medicina ambulatoria para los trabajadores de todas las divisiones de la estatal Codelco. “Lamentablemente quedó inconcluso, porque las condiciones de modelación sanitaria iban cambiando de acuerdo a cada directorio de Codelco, pero fue una bonita experiencia si lo miro en el tiempo”, reconoce.
Dentro de su trayectoria en la docencia de pregrado y posgrado de la Universidad de Chile, nuestro socio honorario recalca su “fuerte énfasis en diferenciar la Medicina Familiar de la Atención Primara. Que son dos cosas totalmente diferentes, pero que se confunden”, subraya.
En esa misma línea, asegura que antes de la investigación prefiere “la docencia directa, sobre todo en la entrega práctica de las habilidades y para el desarrollo de las competencias clínicas relacionales de los médicos familiares. Siempre me interesó participar activamente en el desarrollo frente a los demás colegas, exponer la Medicina Familiar no sólo para fines académicos, sino que frente al mundo médico”.
[i] Puede acceder a la Edición de la Revista de Medicina Familiar dedicada a la II Cumbre Iberoamericana de Medicina Familiar, 2005.
https://www.revistachilenademedicinafamiliar.cl/index.php/sochimef/article/view/118
