Por Bárbara Morales
Sergio Minué estuvo a cargo de la Conferencia Inaugural de nuestro XXI Congreso Chileno de Medicina Familiar: “Equidad y justicia social en Salud” realizado el 1 y 2 de Octubre del presente año. Minué es médico, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, y trabaja actualmente como profesor en la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada, España. Compartimos con Uds. la entrevista que realizamos tras su participación.
1.- El modelo de Atención Primaria en Salud (APS), creado en los años 80, enfrenta una sociedad distinta, incluso antes de la pandemia. ¿Debe la APS reformularse? y de ser así, ¿cuáles son los aspectos más urgentes que requieren dicha reformulación?
El modelo de APS de Alma Ata, implantado en algunos países en la década de los 80, no fue universalmente aceptado como una estrategia de intervención en salud. Prueba de ello es que tanto el documento de La Atención Primaria de Salud más necesaria que nunca , elaborada por la OMS en 2008, como la Declaración de Astana en 2018, vienen a reintroducir de nuevo la necesidad de orientar los sistemas sanitarios hacia la APS debido al fracaso en conseguirlo, 40 años después. Es cierto que la estrategia de APS ha tenido poderosas resistencias del modelo económico y político dominante, el neoliberalismo. La consideración de la salud como una mercancía más (que este modelo defiende) es poco compatible con la consideración de la salud como un derecho. Pero junto a ello el propio modelo de APS ha pagado el error de su ambición desmedida, al aspirar a resolver todos los problemas que padecen las personas. Es importante denunciar el rol esencial que desempeñan los determinantes sociales en la salud, pero su abordaje desborda al sistema sanitario, puesto que solo desde una acción integral del estado es posible intervenir. La evidencia de que sistemas sanitarios con Atención Primaria fuerte son más eficientes (alcanzan mejores resultados en salud y disminuyen la inequidad) es suficientemente sólida. De la misma forma que la mayor inversión en hospitales que en Atención Primaria aumenta la mortalidad. Sin embargo esa relación solo se cumple si la Atención primaria es accesible, longitudinal, coordina toda la atención y da servicios integrales. Eso solo es posible con servicios asistenciales multiprofesionales, con médicos de familia altamente cualificados. Y eso por desgracia es escasamente incentivado y fomentado.
2.- ¿Cree que cambiará la APS luego de la pandemia? De ser así ¿qué deberíamos garantizar?
Está cambiando y por desgracia en la decisión equivocada. La pandemia ha obligado a reducir e incluso eliminar una de las características más importantes de la Atención Primaria: el contacto directo presencial con el paciente. Las consultas telefónicas o a través de video han pasado de ser una necesidad excepcional y coyuntural ante la necesidad de reducir los contactos interpersonales a la gran panacea para solventar la ingente demanda que soporta de forma creciente la Atención Primaria en cualquier país del mundo. Sin ser muy accesible (para una consulta presencial), sin coordinar toda la atención que precisan las personas (y no solo la COVID 19) , sin garantizar que la atención se realice regularmente por la misma persona y sin dar respuesta rápida a cualquier demanda de salud, la APS es escasamente efectiva. Mantener los atributos esenciales que definió Barbara Starfield debería ser una exigencia irrenunciable, aunque lo que se recomiende reducir los contactos entre las personas.
3.- Hemos visto que la pandemia ha intensificado las desigualdades a nivel mundial, ¿Qué recomendaciones realizaría para mitigar estos efectos?
La respuesta ante las desigualdades no puede ser exclusiva del sistema sanitario ni mucho menos de la APS. Obliga a un planteamiento radical del estado de considerar la protección de la salud como un derecho para todo ciudadano ( “legal o ilegal” ), en que se preste la atención a partir del principio de que aquellos que más necesidad tienen deben recibir más cuidados. Actuar frente a las desigualdades supone actuar de forma integral sobre determinantes sociales y eso es responsabilidad de estados y gobiernos completos y no de sectores.-