sochimefPor Bárbara Morales |
El riesgo sanitario, colateral a la pandemia, es extremadamente alto. Tanto a nivel mundial, como en nuestro país, se registra una baja en las consultas de atención ambulatoria no relacionadas con COVID19 y sus efectos aún no se logran dimensionar. Por ejemplo, la suspensión de controles como el Papanicolaou o “Pap” podría derivar en un diagnóstico tardío de cáncer cérvico uterino con graves consecuencias para las pacientes y sus familias.
En nuestro país, a comienzos de la pandemia, el Ministerio de Salud (MINSAL) decretó suspender la obligatoriedad de cumplir con las Garantías Explícitas en Salud (GES) argumentando que el estado de alerta sanitaria hacía imperioso centrar los esfuerzos en el diagnóstico y tratamiento de la población contagiada con el Covid-19. Estas medidas se replicaron en muchos otros países, y buscaron “mantenerlas [a las personas] apartadas de los establecimientos asistenciales, públicos y privados, en la medida que sea posible, para protegerlas de eventuales contagios de Covid-19 que pudieran contraer en dichos prestadores de salud”[1].
Los efectos de este tipo de medidas en la salud de toda la población es aún una incógnita. En nuestro país no hay información detallada, sin embargo, a nivel internacional comienza a emerger evidencia como el reciente estudio publicado en The Lancet[2] donde se concluye que, en los Países Bajos debido a la pandemia, existiría una disminución de un 25% en los diagnósticos de cáncer. Es decir, 1 de cada 4 pacientes con cáncer no estaría siendo diagnosticado.
En la mayoría de las localidades de nuestro país los controles de salud ambulatorios que se realizan de manera periódica en los centros de Atención Primaria de Salud (APS) se han discontinuado. Estos establecimientos asistenciales, como los consultorios, tienen dependencia municipal y, por lo tanto, cada Municipalidad gestiona las prestaciones que se ofrecerán según la realidad de cada territorio, por esta razón hay localidades que siguen funcionando de manera normal y otros que no.
El Dr. Jorge López, miembro de la Sociedad Chilena de Medicina Familiar (SOCHIMEF), afirma que lo más importante es asegurar la continuidad de la atención sanitaria. “En el momento actual los equipos de salud no deben desproteger a nuestra comunidad usuaria. Debemos tomar medidas eficientes y efectivas para mantener el control de problemas de salud, a su vez que se tomen todas las medidas que lleven a riesgos reducidos de contagio tanto de usuarios como de personal de salud,” agrega.
En este nuevo escenario, se debe pensar cómo coordinar y proveer la atención sanitaria. La propuesta que emerge desde la SOCHIMEF incluye incorporar la tele consulta como elemento clave y no sólo incidental. Esto requerirá una validación que debe incluir a los usuarios y autoridades ministeriales junto con una reflexión que incluya los casos exitosos que se han logrado en otros países para adaptarlas a nuestra realidad nacional.
“Nos hemos dado cuenta, a la fuerza, que nuestros usuarios reciben de excelente manera el contacto telefónico como vía para resolver sus problemas, en áreas tan variadas como el control de resultados de laboratorio, la atención de salud mental, el apoyo en la crianza, el seguimiento de condiciones crónicas y tantos otras,” finaliza el Dr. López.
Referencias:
[1] Diario Oficial. Decreto 11, Santiago 30 Marzo 2020, disponible en: https://www.diariooficial.interior.gob.cl/edicionelectronica/index.php?date=08-04-2020&edition=42627&v=1
[2] Fewer cancer diagnoses during the COVID-19 epidemic in the Netherlands, The Lancet Oncology, Avinash G Dinmohamed et al., Disponible en https://www.thelancet.com/journals/lanonc/article/PIIS1470-2045(20)30265-5/fulltext?fbclid=IwAR3ITXPoVJF9qniz_6T0H7aYPvw29iOcbS-wflvDybIGld97Sx0Vzxg4x18#.XqycrBLkZLk.twitter
